El origen de Pico Truncado estuvo marcado por la expansión del tendido ferroviario que buscaba unir Puerto Deseado con el Lago Nahuel Huapi, pero que se vio concluido en la actual Las Heras. La estación del kilómetro 200, constituiría el polo de atracción para los primeros asentamientos, y el centro del movimiento económico y social de la comunidad, transportando la producción ovino-lanar, principal recurso de toda esta zona de influencia. 

La llegada de las vías del tren en 1911 fue el centro de referencia de los primeros pobladores, que comenzaron a expandirse de manera radial con base en la reconocida estación de trenes. En su mayoría, compartían las labores cotidianas de las estancias de las inmediaciones, construyendo sus viviendas en el incipiente poblado, por la facilidad para atender sus demandas en provisiones, trámites administrativos y la asistencia de los chicos a la escuela.

El nombre de la ciudad, se remitió a una reconocida falla geográfica “de cúspide basáltica", denominada Pico Truncado por el explorador Carlos Burmeister, en 1889. 

La matriz productiva basada en la explotación agrícola y ganadera se modificó en la década del 50, con el descubrimiento del petróleo en la región, primero, y posteriormente el hallazgo del gas. La llegada de las empresas estatales YPF y Gas del Estado, comenzaron a multiplicar la demografía de la ciudad, y extender su geografía.

Los campamentos dieron paso a viviendas, instalaciones sociales, y una infraestructura de servicios que permitió atender las necesidades de las familias y los trabajadores. Llegaron familias de otras provincias, con la esperanza de un futuro promisorio ante el desafío de arraigarse en tierras hostiles. Se convirtieron en los hijos adoptivos de esta ciudad floreciente.

En 1949, se creó la Comisión de Fomento y en 1963, cuando Pico Truncado contaba con alrededor de 3.000 habitantes, se transformó en Municipio. El 26 de agosto de 1964, asume el primer intendente electo, Leandro Pessolano. La población crece de 6.000 habitantes en 1968, a 8.000 en 1974. 

Apenas años después, en 1978, el tren dejó de circular, en el marco de las políticas de desmantelamiento del sistema ferroviario impulsadas por la última dictadura. Pero para aquel entonces, Truncado había diversificado sus modos de sustento. 

Y en lo remoto de la Patagonia argentina, muchas veces olvidada, Pico Truncado fue tomando relevancia. El crecimiento sostenido y ordenado, y la administración de servicios (ante la privatización general nacional), fueron situaciones que destacaron. Se volvieron realidad sueños históricos, como la cementera. Se convirtió en la Capital Nacional Austral del Folklore, Capital del Gas, y en los últimos años, Capital del Hidrógeno, como algunas de las denominaciones que enaltecieron a nivel nacional a esta remota ciudad sureña.

FOTOGRAFÍAS: GENTILEZA DE ROLANDO ZAPATA